Las moharras de las banderas de los Grupos de Regulares lucen decenas de corbatas correspondientes a las más altas condecoraciones colectivas al valor ganadas en los campos de batalla. Son el reflejo de uno de los más brillantes historiales del Ejército español. En una de ellas, bajo la Cruz Laureada de San Fernando, puede leerse lo siguiente: «1ª Cía. del VI Tábor – ALHUCEMAS Nº 5 - PARQUE del OESTE MADRID».
El día 20 de abril de 1938, la citada compañía guarnecía unas vitales trincheras en el parque, cuña avanzada del sector que los nacionales mantenían con tesón en la Ciudad Universitaria, a las mismas puertas de la capital. Tres voladuras de sendas minas seguidas por el asalto de todo un batallón del Ejército republicano romperían la paz de aquella madrugada, llegándose al cuerpo a cuerpo en una lucha feroz que se prolongó durante horas.
Su capitán, don Antonio Vaquero Santos, ganaría por ello la Laureada individual y sus hombres, los áscaris de Alhucemas, la colectiva. Esta es su historia.
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